La evidencia científica ya daba cuenta de los riesgos que la exposición a largo plazo a la contaminación del aire conlleva para la salud cardiovascular. Incluso recientes hallazgos dan cuenta de que la exposición a pequeñas cantidades de polución puede provocar ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares potencialmente fatales.
Ahora, un nuevo estudio sumó datos acerca de que “la exposición a altas concentraciones de partículas diminutas en el aire puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón en solo tres años”. El estudio Promoción de adenocarcinoma de pulmón por contaminantes del aire publicado en la revista Nature, además, proporcionó nuevos conocimientos sobre la progresión de la enfermedad.
“Hace más de 70 años, se propuso que la tumorigénesis ocurriera en un proceso de dos pasos: uno iniciador, que induce mutaciones en células sanas, seguido de un paso promotor que desencadena el desarrollo del cáncer -plantearon los autores del trabajo en la publicación-. Aquí proponemos que las partículas ambientales que miden 2,5 micrómetros (PM 2,5), que se sabe que están asociadas con el riesgo de cáncer de pulmón, promueven el cáncer de pulmón al actuar sobre las células que albergan mutaciones oncogénicas preexistentes en el tejido pulmonar sano”.
Según vieron los investigadores, “la neblina contaminante parece ser especialmente peligrosa para el tejido pulmonar sano que presenta cambios genéticos que lo ponen en riesgo de volverse canceroso”.
El estudio incluyó el análisis de casi 33.000 personas con cáncer de pulmón y encontró que los niveles altos de contaminantes críticamente pequeños estaban asociados con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón impulsado por el receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR), que afecta principalmente a los no fumadores o a las personas que no fuman mucho.
Charles Swanton es investigador del cáncer del Instituto Francis Crick en el Reino Unido, y sostuvo que “las células con mutaciones que causan cáncer se acumulan naturalmente a medida que las personas envejecen, pero normalmente están inactivas”. “Hemos demostrado que la contaminación del aire despierta estas células en los pulmones, animándolas a crecer y potencialmente formar tumores”, aseguró.
Estos resultados, dicen los investigadores, reiteran que la contaminación del aire es una de las principales causas del cáncer de pulmón y enfatizan la necesidad de tomar medidas para reducir la contaminación y proteger la salud pública.
Según vieron los investigadores, “la neblina contaminante parece ser especialmente peligrosa para el tejido pulmonar sano que presenta cambios genéticos que lo ponen en riesgo de volverse canceroso”.
El estudio incluyó el análisis de casi 33.000 personas con cáncer de pulmón y encontró que los niveles altos de contaminantes críticamente pequeños estaban asociados con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón impulsado por el receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR), que afecta principalmente a los no fumadores o a las personas que no fuman mucho.
Charles Swanton es investigador del cáncer del Instituto Francis Crick en el Reino Unido, y sostuvo que “las células con mutaciones que causan cáncer se acumulan naturalmente a medida que las personas envejecen, pero normalmente están inactivas”. “Hemos demostrado que la contaminación del aire despierta estas células en los pulmones, animándolas a crecer y potencialmente formar tumores”, aseguró.
Estos resultados, dicen los investigadores, reiteran que la contaminación del aire es una de las principales causas del cáncer de pulmón y enfatizan la necesidad de tomar medidas para reducir la contaminación y proteger la salud pública.
Por otro lado, un conjunto de datos más pequeño de 228 no fumadores en Canadá mostró que después de tres años de exposición a altos niveles de contaminación del aire PM 2.5, el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón provocado por EGFR aumentó del 40 al 73%.
“En conjunto, estos datos, combinados con la evidencia publicada, indican que existe una asociación entre la incidencia estimada de cáncer de pulmón provocado por EGFR y los niveles de exposición a PM 2.5 y que tres años de exposición a la contaminación del aire pueden ser suficientes para que esta asociación se manifieste”, escribieron los autores del trabajo en la publicación de sus conclusiones.
Por último, el equipo también utilizó una mutación EGFR inducida en modelos de ratón para investigar los procesos celulares que podrían estar detrás del crecimiento del cáncer en relación con la contaminación del aire. Y descubrieron que PM 2.5 parece causar una afluencia de células inmunitarias y la liberación de interleucina-1 (una molécula de señalización que causa inflamación) en las células pulmonares.
El cáncer de pulmón es la forma más frecuente de cáncer en todo el mundo y la principal causa de muerte por enfermedades oncológicas. Aproximadamente 2,2 millones de nuevos casos se detectan cada año a nivel global y 1,8 millones fallecen por esta causa.