Una de las tendencias que se ha establecido en época de pandemia es la de invertir en un terreno fuera de Santiago para vivir o hacer negocios. Sin embargo, muchos adquieren tierras sin saber qué es lo que realmente pueden hacer con ellas, dañando en algunas ocasiones el ecosistema que las rodea. Desde Mundo Parcelas, empresa especializada en terrenos agrícolas, comentan acerca de las disposiciones legales relacionadas a esta inversión.
La crisis sanitaria ha resultado ser una verdadera revolución social. Debido a las cuarentenas, los chilenos han tenido tiempo para reflexionar sobre qué hacer con sus vidas, llegando varios a la conclusión de no querer seguir viviendo en la capital.
El ruido, la contaminación, los tacos, la delincuencia, entre otros factores, han provocado que varios miren con buenos ojos emigrar a otras regiones: “Se ha visto una tendencia en este último tiempo de familias que para mejorar su calidad de vida, optan por vivir en zonas rurales. Para ello, compran terrenos con el objetivo de construir la casa de sus sueños, vivienda que jamás podrían tener en la capital”, comenta Juan Fonseca Vargas, director de la empresa dedicada a la venta de terrenos, Mundo Parcelas.
Pero la tendencia de comprar terrenos no se explica únicamente por quienes quieren buscar un lugar donde vivir, sino que también, por quienes quieren hacer negocios. Los retiros del 10% de los ahorros previsionales, han permitido que varios puedan abrirse a esta posibilidad de inversión, pero, ¿qué negocios se pueden hacer y cuáles no? No todos conocen la respuesta.
El Decreto Ley 3516
Para quien quiera construir una vivienda en una parcela de agrado, debe estar al tanto de la normativa legal vigente. Desde 1980, se encuentra activo el Decreto Ley 3516 que establece las disposiciones legales a la hora de realizar cualquier construcción en un terreno.
En cuanto a las viviendas que está permitido construir en su interior, sólo es posible levantar dos. Por un lado está la vivienda principal, la cual es la que usualmente tiene mayo superficie, y por otro lado está la de cuidador. Entre las dos pueden sumar 500 metros cuadrados como máximo.
“Para aquellos que quieren comprar un terreno con el fin de construir varias viviendas en su interior, deberán saber que no es posible. Eso no quita que no puedan realizar otro tipo de negocios, como por ejemplo, uno ligado a la agricultura”, explica Fonseca.
La legislación forestal
Por otro lado, los dueños de parcelas de agrado deben conocer cuáles son las reglamentaciones legales relacionadas con el ámbito forestal. Estas tienen que ver directamente con el relacionamiento de las personas con los árboles y plantas de la zona.
Según la leyes como la 20.283, 18.738 y el Decreto Ley 701, cualquier corta de árboles nativos está prohibida sin la autorización de la Corporación Nacional Forestal (CONAF) o el Servicio Agrícola Ganadero. Es por esto que quienes dispongan en sus terrenos de especies protegidas como la araucaria o el alerce, deberán contar con permisos especiales para removerlos.
Como forma de recordar estas disposiciones, la CONAF instó recientemente a los dueños de parcelas de agrado a cumplir con este tipo de normativas, dentro de las cuales también está la regulación de la plantación de árboles no propios de la zona.
El permiso de edificación
Por último, antes de construir cualquier tipo de estructura, los propietarios del terreno deben acercarse previamente a la dirección de obras correspondiente a la municipalidad de la comuna en donde se encuentre la parcela y solicitar un permiso de edificación.
“Para conseguir la autorización para construir, debes contar con un documento que acredite que el terreno tiene acceso a agua potable, posea alcantarillado o fosa séptica y también tenga acceso a energía eléctrica. Una vez obtenido el permiso, el cual varía en costo dependiendo del lugar, las personas tendrán 3 años para levantar sus construcciones”, comentan desde Mundo Parcelas.