El concepto de terramación está ganando popularidad a medida que más personas buscan alternativas sostenibles para sus ceremonias funerarias. Esta práctica, que utiliza compostaje para transformar un cuerpo en humus, permite que la muerte sea vista como una continuación del ciclo natural de la vida. En Francia, aunque la legislación actual solo permite la inhumación y la cremación, hay una creciente discusión sobre la posibilidad de integrar este nuevo método en el marco legal existente. A medida que se realizan estudios y se toma como ejemplo el desarrollo de la terramación en otros países, se abre un espacio para reimaginar cómo nos despedimos de nuestros seres queridos.
La terramación, cuyo nombre proviene del latín ‘terra’ y ‘transformatio’, busca reintegrar los cuerpos al ciclo natural de manera rápida y efectiva. Al contrário de los métodos tradicionales que pueden tardar décadas en descomponer un cuerpo, este proceso permite una degradación en menos de un año gracias al uso de astillas de madera que facilitan la actividad bacteriana. Gracias a este enfoque, se obtienen resultados beneficiosos, produciendo un humus rico que puede nutrir plantas y convertir espacios de cementerio en jardines de recuerdo. Esto ofrece a los dolientes una nueva forma de recordar y honrar a sus seres queridos dentro de un contexto ecológico.
La tecnología detrás de la terramación sigue varios métodos, cada uno dirigido a asegurar la conservación ambiental y la salud pública. Entre ellos, la Natural Organic Reduction se destaca por su efectividad, permitiendo que la biodegradación se complete en solo un mes. Este enfoque ha sido legalizado en Estados Unidos y está siendo evaluado en Alemania. Sin embargo, la adopción en Francia enfrenta desafíos adicionales, ya que el interés por métodos más naturales como la humusación encuentra obstáculos en la falta de reconocimiento legal y la preocupación por la contaminación del suelo. Estos desafíos son objeto de considerable estudio y debate.
Las encuestas en Francia indican un apoyo creciente a la terramación entre la población, con un porcentaje que varía entre el 20% y el 45% de los encuestados mostrando interés por opciones funerarias más ecológicas. Sin embargo, la percepción pública de la tecnología estadounidense que encapsula el proceso de compostaje en contenedores genera menos entusiasmo. En cambio, el método al aire libre más orgánico de la humusación, aunque prometedor, enfrenta la dificultad de su viabilidad legal y percepción pública. Las autoridades belgas subrayan la lentitud de la descomposición y el riesgo de contaminación como razones para su falta de legalización, lo que implica que la comunidad y los expertos deben continuar presionando por alternativas más sostenibles.
La legalización de la terramación en Francia enfrenta barreras significativas que incluyen no solo cuestiones legales, sino también problemas logísticos relacionados con el transporte y tratamiento de los cuerpos. Las investigaciones actuales están dirigidas a despejar estas dudas, con la creación de un proyecto de investigación participativo que involucra a varias universidades francesas. Con un prototipo funcional programado para 2026, la terramación podría cambiar fundamentalmente nuestras prácticas funerarias. A medida que la sociedad se inclina hacia la sostenibilidad y el respeto del medio ambiente, es probable que el enfoque hacia la muerte también evolucione, permitiendo que conceptos como la terramación sean considerados no solo innovadores, sino necesarios.