En un sorprendente informe publicado el 24 de abril de 2025, se revela que un tercio de los hongos registrados está amenazado de extinción, según Coline Deveautour de UniLaSalle. Este hallazgo plantea interrogantes cruciales sobre la diversidad y el papel de los hongos en nuestros ecosistemas. Aunque los hongos son una parte vital de la vida en la Tierra, su desconocido mundo ha permanecido en gran medida ajeno a la atención pública. Estos organismos, que no se clasifican ni como plantas ni como animales, tienen una importancia fundamental en procesos ecológicos esenciales, como la descomposición de la materia orgánica y el reciclaje de nutrientes.
Aproximadamente 155,000 especies de hongos han sido identificadas hasta el momento, pero se estima que entre 2 y 4 millones de especies aún no han sido clasificadas. Esta amplia diversidad de formas de vida, muchas de ellas microscópicas y ocultas a simple vista, reclama nuestra atención y protección. La mayoría de las personas asocian los hongos con las estructuras visibles que surgen del suelo, como champiñones, pero en realidad, el verdadero cuerpo del hongo, el micelio, es una red subterránea compleja que es crucial para la salud del ecosistema.
La situación se vuelve más alarmante cuando consultamos la Lista Roja de la UICN, que destaca las especies en peligro de extinción en todo el mundo. En 2024, se espera la publicación de un inventario en Francia que arrojará luz sobre la situación de los hongos en el país. Hasta el momento, se han registrado 1,300 especies de hongos amenazadas a nivel global, de las cuales 411 están en peligro crítico, lo que representa una alarmante proporción de un tercio de las especies conocidas. Esta creciente lista es un llamado urgente a la acción para salvar a estos organismos vitales.
Las amenazas que enfrentan los hongos son diversas y complejas. El uso intensivo del suelo para la agricultura, la contaminación y los efectos del cambio climático son factores que alteran profundamente los ecosistemas y, a su vez, comprometen la supervivencia de numerosas especies fúngicas. Estos cambios pueden perturbar el delicado equilibrio de los ecosistemas, afectando procesos como la descomposición, que es vital para la salud del medio ambiente y el ciclo de nutrientes.
A pesar de su importancia ecológica, actualmente no existe un plan específico para la conservación de los hongos. Si bien se han lanzado algunas iniciativas para promover su protección, la realidad es que se necesita con urgencia una integración de los hongos en las estrategias más amplias de conservación de la biodiversidad. La falta de atención adecuada a este reino a menudo olvidado podría tener consecuencias desastrosas no solo para los propios hongos, sino también para todos los ecosistemas que dependen de su existencia.
