La vacunación es la gran esperanza del mundo para poder dejar la pandemia atrás y entrar en una nueva era post-COVID19. Sin embargo, existe preocupación por la lentitud en que se ha desarrollado este proceso de inmunización.
A principios de diciembre, el Reino Unido fue el primer país del mundo en aprobar la vacuna de Pfizer-BioNtech. El contrato fue por 40 millones de dosis para vacunar a 20 millones de personas en los próximos meses.
A fines del 2020, este país también aprobó el uso de la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca y a comienzos de enero lo hizo con el tratamiento a cargo de la empresa Moderna.
Estas tres vacunas han sido las más requeridas por los gobiernos europeos y americanos, aunque Rusia y China han desarrollado sus propios antídotos contra el coronavirus.
Dos nuevas mutaciones originadas en Sudáfrica el Reino Unido son ahora la mayor amenaza de las vacunas que están siendo producidas y aplicadas en el mundo.
Sin embargo, un estudio reciente realizado por Pfizer determinó esta vacuna podría funcionar contra estas cepas, que no ocasionan mayor mortalidad, pero sí son más contagiosas.
Las vacunas
Pfizer-BioNTech fue la primera vacuna a disposición del mundo. Luego de varios meses de desarrollo y pruebas, estuvo lista a fines de noviembre.
Esta vacuna cuenta con dos dosis, las que se deben inocular con 21 días de diferencia. La segunda dosis es la otorga la inmunidad.
En Chile, una de las primeras trabajadoras de salud en ser vacunada con la primera dosis se contagió de COVID-19 antes de recibir la segunda dosis. Esto ocurrió debido a cómo funciona la vacuna, aseguraron autoridades de salud.
Uno de problemas de esta vacuna es que necesita ser refrigerada bajo 70°C, lo que significa un desafío logístico para quienes la adquieran.
La vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y la empresa AstraZeneca no tiene este problema, ya que se puede almacenar bajo la temperatura normal de un refrigerador.
Sin embargo, su efectividad ronda entre el 62% y el 90% dependiendo cómo se aplique. La Agencia Europea del Medicamento ya informó que a fines de enero decidirá si autoriza o no esta vacuna.
Quien ya tiene autorización de la agencia europea es la vacuna de la empresa norteamericana Moderna.
Tiene una efectividad del 95%, pero necesita ser almacenada bajo 20° C. Según datos de la misma empresa, esta vacuna entregaría una inmunización de podría durar dos años, aunque todavía no hay datos concluyentes.
Sputnik V se llama la vacuna desarrollada por Rusia. Tendría un 91% de efectividad contra el coronavirus y puede almacenarse bajo temperatura de un refrigerador.
A pesar de este hito en la historia del país, muchos rusos no están convencidos de inocularse, según una encuesta realizada en ese país, ya que esperan el resultado de más ensayos clínicos.
El país donde se originó el COVID-19, China, también desarrolló su propia vacuna. Coronavac, a cargo de la empresa Sinovac alcanzó el 91% de eficacia en los ensayos clínicos.
Son dos dosis que se deben inocular con 14 días de diferencia y se pueden almacenar a temperatura de un refrigerador común.
Programa de inmunización
En Latinoamérica las primeras vacunas que llegaron fueron las desarrolladas por Pfizer-BioNTech y Moderna.

Países como Chile, México y Argentina estuvieron entre los primeros en empezar a inocular la población.
Para la mayoría de los gobiernos, la prioridad han sido los trabajadores de la salud que atienden directamente a pacientes contagiados con COVID-19.
Luego el calendario incluiría a pacientes crónicos y adultos mayores. Se espera que a mediados del 2021 empiece la inmunización a la población en general, a través de la vacunación.
Si bien todas las empresas que están produciendo estas vacunas están trabajando a toda máquina para cumplir con los acuerdos tomados con distintos países, el proceso de inmunización ha sido bastante lento.
En España, se ha administrado solo un tercio de las vacunas recibidas en las distintas comunidades. Los días feriados y problemas logísticos han sido el principal obstáculo.
El país más afectado por el virus en Europa, Italia, recibió a principios de enero la primera tanda de vacunas de Pfizer-BioNTech. Fueron casi 10 mil dosis que llegaron desde Bélgica a un hospital de Roma.
En Estados Unidos se pusieron la meta de vacunar a 20 millones de personas antes de terminar el 2020, pero cuando llegó la fecha solo habían inoculado a 4,8 millones.
Caso aparte es el Reino Unido, que, a pesar de ser la primera nación en comenzar con la inoculación, ahora se enfrenta a una situación crítica de contagios debido a la mutación del virus.
Los casos han subido de manera alarmante. A tal punto que el primer ministro Boris Johnnson anunció una cuarentena total para Londres y otras ciudades del país.
Ante esta situación, el gobierno decidió posponer la segunda dosis para que más personas pudieran recibir la primera vacuna.
Pfizer no apoyó la decisión, asegurando que no hay pruebas de que se mantenga la eficiencia de la vacuna más allá de los 21 días recomendados.











