Santiago, 25 de agosto de 2025 – En un contexto global marcado por la creciente preocupación por la sostenibilidad y la economía circular, Ball Corporation se posiciona como un líder indiscutible en la fabricación de envases de aluminio. La compañía reafirma su compromiso con la eficiencia y el respeto por el medio ambiente mediante un innovador proceso de producción que establece nuevos estándares en la industria. Según Gabriel Tribucio, Director Comercial de Ball para Sudamérica, el ciclo de vida de sus latas de aluminio inicia con una materia prima altamente sostenible: las láminas delgadas de aluminio que, en su mayoría, provienen de material reciclado. Este enfoque permite, sorprendentemente, reducir hasta en un 95% el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero, promoviendo así un modelo de producción más limpio y responsable.
Tribucio destaca que, a nivel global, las latas de Ball contienen un promedio de 74% de aluminio reciclado, lo que no solo aporta a la sostenibilidad del planeta, sino que también ofrece a las marcas la posibilidad de cumplir sus metas ambientales sin comprometer la calidad de sus productos. Esta capacidad de integración del reciclaje en el proceso productivo representa una ventaja competitiva sólida en un mercado donde los consumidores son cada vez más conscientes del impacto de sus elecciones. «A través de nuestro enfoque hacia un envase funcional y seguro, estamos desarrollando soluciones que benefician tanto al medio ambiente como a los intereses comerciales de nuestros clientes», añade.
El proceso de producción en las plantas de Ball es técnico y altamente controlado, comenzando con el recorte y moldeado de discos de aluminio en prensas especializadas para formar un vaso. Posteriormente, este vaso se somete a un proceso de estiramiento y afinado mediante la técnica de Draw and Wall Ironing (DWI), que permite optimizar el uso de recursos al crear cuerpos de lata delgados y resistentes. Este enfoque no solo mejora la eficiencia en el uso de materiales, sino que también contribuye a reducir el peso de las latas, facilitando su transporte y manejo logístico. Cada lata es luego limpiada rigurosamente para asegurar la eliminación de cualquier residuo que pudiera afectar su calidad y a continuación se les aplica un revestimiento interno especializado para proteger el contenido.
En la siguiente etapa, las latas son decoradas con un diseño gráfico externo que permite a las marcas comunicar su identidad visual de manera atractiva y vibrante. Ball utiliza tecnologías de impresión de alta precisión y un sistema de impresión digital que posibilita la personalización de etiquetas para cantidades flexibles, lo cual es vital en un mercado que demanda innovación constante. Luego, a través del proceso de «formación del cuello», las latas se preparan para el cierre hermético mediante su tapa de aluminio, asegurando la frescura y calidad del contenido. Antes de ser enviadas a las líneas de llenado, cada lata es sometida a estrictos controles de calidad, garantizando el cumplimiento de los más altos estándares en la industria.
Finalmente, Ball Corporation subraya la importancia del reciclaje en su modelo de negocio. El aluminio puede reciclarse infinitamente sin perder calidad, y las latas de Ball pueden volver al mercado en un promedio de 60 días, cerrando así un ciclo de producción que pocos materiales logran igualar en eficiencia. «Además de proporcionar soluciones sostenibles, estamos ayudando a nuestros clientes a conectar con un consumidor cada vez más consciente del impacto de sus decisiones», concluye Tribucio. Con una sólida inversión en innovación y un enfoque en la sostenibilidad, Ball se ha consolidado como un socio estratégico para las principales marcas de bebidas en América Latina y en el resto del mundo, demostrando que la economía circular es no solo necesaria, sino viable.