Reglamentación térmica en Chile: cambios en construcción

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La diversidad climática de Chile, que abarca desde desiertos áridos en el norte hasta regiones frías y húmedas en el sur, está a punto de experimentar un cambio revolucionario en la construcción. A partir del 28 de noviembre de 2025, la implementación de la tercera etapa de la Reglamentación Térmica, impulsada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), dividirá al país en nueve zonas climáticas en lugar de las siete anteriores. Esta actualización busca adaptar las edificaciones a las particularidades térmicas de cada región, garantizando viviendas más confortables y energéticamente eficientes, alineadas con estándares internacionales. El nuevo enfoque es fundamental para responder eficazmente a la diversidad de microclimas presentes en el territorio chileno.

La nueva normativa destaca la incorporación de exigencias específicas sobre aislación térmica y ventilación, de modo que las viviendas sean capaces de mantener temperaturas agradables tanto en el calor del día como en el frío de la noche. En el norte, donde las oscilaciones térmicas son marcadas, se enfatizará en mejorar la retención del calor durante las noches y en optimizar los sistemas de climatización pasiva. Así, se busca lograr una reducción significativa del 30% en la demanda de calefacción y se establecerán estrategias de enfriamiento pasivo que aumenten la eficiencia en climas expuestos a alta radiación solar.

En el centro del país, donde se observa una gran variedad de microclimas, las exigencias se centran en mejorar la aislación de muros y techos para enfrentar tanto los inviernos fríos como los prolongados veranos secos. La orientación de las fachadas se torna clave en este contexto, promoviendo el uso de tecnologías como vidrios especiales que prevengan el sobrecalentamiento. Con este enfoque, se espera que las viviendas no solo logren mejores condiciones de confort térmico, sino que también contribuyan a la reducción del consumo de energía, ajustándose a las nuevas exigencias de la Calificación Energética de Viviendas (CEV).

El sur de Chile se beneficiará en gran medida de esta nueva reglamentación, ya que se implementarán exigencias más estrictas en términos de aislación exterior. Esto es especialmente relevante en regiones donde el frío y la humedad son constantes, ya que se busca evitar las pérdidas de calor y los problemas de condensación. La correcta orientación de los proyectos se convertirá en un punto crucial para maximizar la captación solar, permitiendo un calentamiento pasivo durante el día. Asimismo, se incentivará el uso de ventanas de alta tecnología, como las de baja emisividad (Low-E), para asegurar un ambiente confortable dentro de los hogares.

El desafío que plantea la nueva normativa no solo impactará a los constructores, sino que requerirá un cambio de mentalidad en toda la industria de la construcción. El sector deberá revisar su enfoque en la planificación y ejecución de proyectos, buscando integrar de manera multidisciplinaria a arquitectos, ingenieros y constructores desde las etapas iniciales. Tal como lo indica Soledad Vargas, gerente de Construcción Sustentable de Arkenergía, este nuevo estándar representa un salto significativo en la calidad de las viviendas, particularmente en áreas que hasta ahora carecían de regulaciones de aislamiento. La adaptación a estos nuevos parámetros será clave para avanzar hacia un futuro más sostenible y eficiente en la construcción en Chile.